Si estás planificando tu próximo viaje por el sur argentino,
encontrarás un sinnúmero de destinos de un enorme atractivo para visitar. En
toda la Patagonia argentina- que se extiende desde el sur del Río Colorado
hasta los confines mismos de la Isla de Tierra del Fuego- se distribuyen
decenas de importantes poblaciones que se destacan por la belleza
incomparable de sus paisajes, además de la calidez de sus pobladores y sus
culturas típicas.
En el oeste de la provincia de Río Negro, vecina a la
imponente Cordillera de los Andes se encuentra Bariloche, una de las ciudades mas hermosas y turísticas de la
Patagonia argentina. Este destino
recibe año a año a un millón de visitantes que legan para atesorar postales
inolvidables de la estepa patagónica, que se conjuga con un escenario increíble
de bosques, lagos cristalinos y picos montañosos nevados.
La ciudad mantiene su encanto durante todas las temporadas
del año, lo que se traduce en una ventaja en relación a otros destinos. Para
quienes llegan a Bariloche en invierno, la nieve espera en varios centros de
esquí en los cuales se puede dar rienda suelta a la diversión y a la práctica
de deportes invernales, mientras que para quienes prefieren visitarla en
primavera o verano, los paisajes transforman su fisonomía y se hacen ideales
para la realización de paseos lacustres o para la práctica de diferentes
deportes de aventura.
La ciudad está especialmente preparada para recibir a sus
huéspedes y ello se traduce en una amplia oferta de hoteles de diversas
categorías, apartamentos, cabañas y hostels en los que se brindan todos los
servicios necesarios para garantizar un descanso placentero. La propuesta es
más que variada y se adapta a las diferentes preferencias y presupuestos de
viaje.
Bariloche ofrece
un sinnúmero de atractivos y lugares interesantes para conocer durante cada uno
de los días destinados a la estadía. Por ejemplo, en un primero recorrido por
su zona céntrica es inevitable llegar hasta su Centro Cívico, que se ubica en
la intersección de calles Libertad, Avenida Juan Manuel de Rosas y calle
Independencia.
Su principal atractivo radica en sus rasgos arquitectónicos,
que rescata los estilos constructivos de las regiones montañosas y boscosas de
otros continentes, tanto de Europa como de Estados Unidos. Los edificios que conforman el Centro Cívico
tuvieron desde el principio el objetivo de albergar a los organismos
gubernamentales de la ciudad, entre ellos el Municipio, la Policía, la sede de
la Aduana, el Juzgado de Paz, entre otros.
Desde el Centro Cívico también es posible obtener
espectaculares vistas del Lago Nahuel Huapi, que forma parte de la postal
natural de la ciudad, custodiado por los cordones montañosos de la Cordillera.
Avanzando por la calle Mitre desde el Centro Cívico también es posible
adentrarse en el movimiento comercial de Bariloche, aprovechando la oportunidad
para conocer las chocolaterías artesanales, además de las casas de venta de
artesanías y productos regionales.
Una visita ineludible merece la Catedral en honor a Nuestra
Señora del Nahuel Huapi, una joya arquitectónica ideada por Alejandro Bustillo
e inaugurada en 1946. Su particular belleza radica en los materiales
constructivos utilizados, en los que se destacan la piedra y el hormigón.
María Luz Sallietti