Bariloche es un lugar de bellezas
inagotables, infinitas en todo su esplendor, podríamos visitarlo una y otra vez
y aun así seguiríamos descubriendo cosas nuevas, rincones y espacios que nos
sorprenden.
Una ciudad en donde las luces y
la arquitectura de la zona urbana se amalgaman a la paleta de colores que la
naturaleza nos ofrece. Allí, en ese paisaje de montaña, rodeado por la
cordillera y por los lagos, por bosques de intensos colores y de frondosa
vegetación. Los cielos se reflejan en los lagos espejados, casi transparentes,
y los cerros, desde su inmensidad, observan a San Carlos de Bariloche y a sus
alrededores.
Bariloche se presenta como el
lugar ideal para realizar cosas muy diferentes entre sí. Su excelsa belleza se
manifiesta en todos sus elementos, y lo bello, naturalmente se encuentra en
estrecha conexión con el arte, en sus múltiples expresiones.
En este sentido, la Semana
Musical Llao Llao es un lugar de encuentro, que desde 1993 se propone como un
espacio abierto a los artistas. Un foco de interrelaciones en donde músicos y
creadores puedan hacer visibles sus trabajos en el campo de la cultura, más
allá de lo acontecido en la Capital Federal, a veces no tan federal. Se lleva a
cabo cada mes de Noviembre en el majestuoso predio del Hotel & Resort Llao
Llao, y su director es el reconocido músico y concertista de flauta Martín
Nijensohn. El festival se desarrolla en
el Gran Salón, que se ha transformado en un espacio físico de gran
significación, pues allí se desarrollaron importantes conciertos, como los de
la Camerata Bariloche, la Sinfónica Nacional, la Orquesta Cámara de Mayo y la
tradicional Orquesta Nacional de Tango. Y también, desde el Salón Bustillo, que
ha sido modificado especialmente para ser utilizado en la Semana Musical y que es
utilizado actualmente para los conciertos de cámara.
La particularidad de este evento
anual de gran envergadura, seguramente está sostenida por la maravilla del
entorno en el cual se desarrolla. Es éste un evento que hace honor a lo bello,
ya sea a través del arte, como a través de lo que la tierra nos regala. En ese
especial paisaje cordillerano, la belleza toma una medida inaudita, excelsa,
descomunal. Y esa exuberancia del entorno natural, sirve de musa inspiradora
para cientos de melodías que renacen en este encuentro único y diverso que
genera emociones, moviliza sensaciones, causa admiración y aplausos sostenidos.
El atractivo de este espacio de
reunión, conecta a los artistas, al público, a la prensa especializada y a
todos los curiosos que se ven tentados por conocer la mística que se genera en
la Semana Musical Llao Llao. Año tras año, el encuentro genera más adeptos y
crece como un atractivo turístico diferente, en la tan convocante ciudad de San
Carlos de Bariloche.
En el programa podemos hallar
voces solistas, como también orquestas sinfónicas completas. Obras clásicas de
genios como Schumann, Mendelssohn y José Bragato, se actualizan en la precisa
melodía del Cuarteto de Cuerdas Petrus, encabezado por el violinista Pablo
Saraví y respaldado por creadores de
gran talento como Hernán Briático, Silvina Alvarez y Gloria Pankaeva. También
podemos disfrutar de riquezas tales como el fantástico “Concierto Aconcagua
para bandoneón, cuerdas, arpa, percusión y piano” de Astor Piazzolla, llevado a
cabo, de manera cautivante y arrolladora, por Marconi. También hallamos
genialidades de Bach y de Mozart, que se corporizan y reviven desde las
actuaciones de Rafael Gintoli y Xavier Inchausti; juntos, realizan una soberbia
interpretación estilística, que logra capturar la sensibilidad de todos lo
presentes. En el festival, se
entremezclan los diferentes colores de cada instrumento y de cada voz. Podemos
disfrutar del más preciso violín, de la belleza de un piano sonando y desatando
pasiones, de un clarinete moviéndonos de un lugar a otro. Separados o en
conjunto, las voces y los sonidos suenan y se amalgaman al espacio, a ese lugar
único en el universo, en ese momento específico y mágico de la historia. Allí,
donde se puede apreciar de cada espectáculo de excelencia, con la más completa
intimidad, en donde las energías se enaltecen y los latidos se manifiestan, pues
la música se goza con todo el cuerpo y con toda el alma.
La Semana Musical de Mayo se
constituye como un festival de renombre internacional que logra unir en un
mismo espacio a artistas e intérpretes de gran reconocimiento, a materiales que
presentan una calidad artística exquisita. El festival supera las expectativas
y genera halagos que provienen de los más exigentes oídos y expertos
calificados.
Músicos de gran jerarquía y
precisión rítmica, violines refinados, violas impecables, flautas que encantan
y bandoneones que cautivan, se mixturan al arte de la naturaleza, y juntos,
logran hacer de este espacio, un lugar trascendental. La música proviene esta vez, del arte de los
hombres y de la creación de los dioses.
Por Belén Nocioni.