En los confines de la Provincia de Jujuy también termina el mapa
del territorio argentino. Una geografía predominada por montañas andinas que,
con la misma facilidad, alojan en sus valles frondosas vegetaciones o áridos
suelos multicolores. Aquí comienzan las aventuras miles de turistas que año
tras año eligen la región del noroeste para agregar a sus vacaciones en Argentina, un
poco de descanso, bastante de aventura y mucho de contacto directo con culturas
milenarias que habitaron desde siempre estos suelos.
Desde cualquier parte del país vuele a San Salvador de
Jujuy. En la ciudad capital encontrará encantadores hoteles con servicio
internacional y excelentes restaurantes dedicados a la gastronomía internacional.
Desde aquí podrá hacer traslados hacia distintos rumbos según sus preferencias,
o puede realizarlos todos, ya que se dice que en Jujuy el tiempo corre más
lento y sus vacaciones serán inolvidables.
La Puna Jujeña es
una superficie de alta montaña que abarca más del 60% de la provincia. A unos
3500 metros sobre el nivel del mar, se alza una meseta infinita donde el viento
y el sol predominan entre los hombres y animales. El silencio pareciera ser
absoluto y las estrellas invaden el cielo nocturno ante la ausencia de todo
tipo de contaminación. Uno de los lugares más puros que verdaderamente merece ser descubierto.
Existe el llamado Circuito de La Puna, y es un trazado que
permite organizar la ruta sin perderse de ninguna de las maravillas del lugar. En
las extensas planicies se encuentran escondidas las lagunas Vilama y Pululos,
dos oasis en el altiplano. Para llegar a ellas deberá recorrer un amplio
rosario de pequeñas aldeas, algunas de ellas casi deshabitadas; se recomienda
hacer el trayecto en vehículos de tracción 4x4 ya que el terreno arcilloso es
propicio a derrumbes, aludes o simplemente mucho barro que dificulten el
dominio del vehículo. Si su recorrido
será de varios días lleve las provisiones necesarias: combustible, agua
potable, alimentos y abrigo. Las distancias entre un poblado rara vez superan
los 100 kilómetros pero el camino es solitario y las prestaciones turísticas,
escasas.
La ruta empieza en San Salvador de Jujuy, deberá pasar Purmamarca
y las Salinas Grandes, hasta Susques, donde podrá abordar el Paso de Jama en el
límite chileno para luego retomar territorio argentino o desde allí mismo, continuar
la búsqueda de la Puna Jujeña vía la
pequeña localidad de Rinconada. En este punto sabrá que la aventura comenzó tan
solo viendo el paisaje. Visite el Monumento Natural Laguna de los Pozuelos,
donde sus habitantes son hermosas aves, desde aquí una vez al año se puede
contemplar el inigualable espectáculo del vuelo migratorio de los flamencos
rosados.
Casabindo será la próxima localidad que encuentre en su
ruta, y es conocida por ser el único sitio de Argentina con actividad taurina,
claro que las toreadas consisten en quitar la vincha que el toro lleva en su
cornamenta sin daño alguno para el animal.
Otro punto para descubrir en la Puna Jujeña es el pueblito
minero de Santa Catalina, con más de 300 años de antigüedad. Se destacan aquí
las pintorescas casitas e iglesias, un sitio que pareciera detenido en el
tiempo.
Continuando por la Ruta Provincia número 5 llegará al último
pueblo argentino: La Quiaca. Limita con Villazón, en el cruce con Bolivia. Las
culturas del Altiplano se encuentran aquí con una intensa actividad comercial.
Adquiera aquí productos regionales que además de ser un lindo recuerdo de la
travesía, serán de gran utilidad.
A la misma altura de La Quiaca, pero hacia el oeste se
encuentra Yavi, con una arquitectura colonial sumamente bella y simple. Los
sucesos políticos y económicos a lo largo del tiempo pusieron a esta aldea en
un letargo, dejándola congelada en el tiempo. La paz y la soledad se hacen
presentes en los caminitos y en la conmovedora inmensidad del paisaje.
Las temperaturas aquí son mucho más inclementes que en el
resto de la provincia, ya no existe el microclima del centro, sino que las
diferencias entre día y noche superan los 40°. Por el día la asolación será
intensa y por el termómetro marca grados bajo cero. Por esto se recomienda
llevar prendas versátiles y de colores claros durante el día, pantalones
desmontables, gorros y gafas son casi obligatorios para los visitantes cuya
piel no esta preparada. Recuerde un protector solar con factor uv acorde a su
piel. Durante la noche, las prendas térmicas serán una buena herramienta para mantenerlo
abrigado. Las lluvias pueden ser un gran inconveniente en su recorrido, aunque
son escasas, se dan cita en el periodo
estival y de modo torrencial, por lo que podrán ser un bun dolor de cabezas si
no se encuentra informado y preparado. De todas maneras, prepare un calzado
impermeable de tipo trekking y tome las precauciones necesarias, por si acaso coincide
su visita con la llegada de las precipitaciones.
Elisa