No cabe ninguna duda que uno de los mayores atractivos
arquitectónicos en cualquier ciudad del mundo son sus iglesias y espacios
religiosos. Sucede que estos combinan el diseño más refinado y detallista con
la espiritualidad que los caracteriza para brindar un lugar de calma y
reflexión a sus visitantes, independientemente de su filiación religiosa.
En tal sentido, el noroeste argentino es uno de los
mejores lugares para descubrir algunos de estos edificios. Es que provincias
como Jujuy o Tucumán son regiones de raíces religiosas muy profundas que se
remontan a varios siglos atrás, lo que se traduce en espacios arquitectónicos
majestuosos y perfectamente conservados tanto para la oración como para los
visitantes de ambas regiones.
Casualmente, las iglesias en Tucumán son una excelente
muestra de ello, especialmente una de las más bonitas de todas: la Iglesia
Santo Domingo. Este fantástico edificio se encuentra ubicado en el centro de la
capital de la provincia y allí exhibe su soberbia fachada y sus detallados
muros para el disfrute de todos los transeúntes, un claro ejemplo de la belleza
de este tipo de recintos.
Esta iglesia (cuyo nombre original es Basílica de Nuestra
Señora del Rosario) pertenece a la orden dominica, lo cual le da sentido a su
nombre popular, dado que tal orden fue fundada por Santo Domingo. Sus puertas
están abiertas desde principios del siglo 19, pero fue recién a finales del
mismo en que tomó su forma actual.
Así, cualquier persona que llegue a la Iglesia se
encontrará con una entrada con dos grandes columnas y dos imponentes estatuas,
una de las cuales representa al fray Justo Santa María de Oro y la otra al fray
Manuel Pérez. De todos modos, el contraste entre esa fastuosidad exterior y el
interior es realmente notable.
Sucede que, contrario a lo que uno puede llegar a
esperar, el interior de la Iglesia Santo Domingo es mucho más austero y
sencillo. Así, cuenta con tres naves muy grandes en los que pueden admirarse
una serie de vitrales detallados y coloridos que proveen una iluminación única.
Asimismo, todo el interior está dominado por el altar mayor y por la imagen de
Nuestra Señora del Rosario. De hecho, esta imagen es una de las atracciones más
importantes de la Iglesia, dado que es una estatua histórica que fue traída
desde Cuzco, Perú.
Además, es importante remarcar las excelentes condiciones
acústicas de la Iglesia, razón suficiente para que sea utilizada para
conciertos y recitales de todo tipo. En tal sentido, es posible disfrutar de
música litúrgica religiosa y otros espectáculos de música clásica que cuentan
con la presencia saliente del magnífico órgano de la Iglesia.
Finalmente, es importante mencionar que la Iglesia Santo
Domingo está unida a un convento en donde funciona la Universidad del Norte
Santo Tomás de Aquino, un centro educativo religioso de renombre. La unión
entre ambos edificios se realiza mediante un patio central, otro de los calmos
y bellos espacios que redondean el paisaje arquitetónico único que esta Iglesia
ofrece a todas las personas que se acercan a ella.
Eliana Biava