Una de estas postales es la que constituye uno de los tours en Puerto Madryn que el viajero no debe perderse bajo ningún punto de vista: la Excursión a Punta Loma, una reserva natural que llegará a emocionarlo por su belleza y por el contacto íntimo con la naturaleza que propone. Punta Loma se encuentra a 154 kilómetros del casco histórico de la ciudad en dirección sudeste, lo que permite que podamos llegar con facilidad y en poco tiempo pues no es necesario hacer un recorrido ni largo ni peligroso para ello, así que no tenemos excusas para poder disfrutar al máximo de esa experiencia. Tan solo se debe tomar el Boluvard Brown hasta llegar a la Universidad Nacional de la Patagonia donde tomaremos la Ruta Provincial número 1 el camino por el que se llega hasta este lugar es de ripio y se puede transitar todo el año, solamente con el cuidado de contemplar los horarios de bajamar. 

Esta reserva natural fue creada en el año 1967 y es una de las reservas faunísticas más importantes del sur. ¿Qué nos podemos encontrar al llegar? Antes que nada un hermoso paisaje, pero eso no es lo que atrae a los miles de turistas que la visitan sino la inmensa cantidad de lobos marinos que tienen a estas tierras como si hábitat y refugio natural. 

La visita a este punto de la costa chubutense nos permite poder apreciar en su entorno natural a estos animales tan particulares, ver como interactúan, como se mueven, cuáles son sus costumbres desde una distancia prudente que nos permite observar sin molestarlos y hasta poder obtener de ese momento una buena fotografía. 

El poder estar en contacto con estos animales de una forma tan cercana y en un ambiente natural, sin las restricciones para ellos que implica un zoológico o instalaciones similares es realmente una oportunidad que se debe aprovechar porque implica una intimidad muy pocas veces vista y una forma de conocerlos muy pura y respetuosa. Pero estos animales no son los únicos que disfrutan del ambiente, del clima y del lindo paisaje de la costa sino que en Punta Loma también podemos encontrarnos con una gran cantidad de aves que encuentran allí el lugar ideal para buscar alimento en las aguas del mar Argentino y en la vegetación que se puede encontrar entre las rocas y la arena. 

Un ejemplo de las especies que podemos toparnos al estar allí es la colonia de gaviotines sudamericanos que reposa tranquilamente en la playa y que surcan el aire en vuelos cortos como si disfrutaran ellos también de unas lindas vacaciones como nosotros. Sea que vayamos por amor a los lobos marinos o porque nos gusta el avistamiento de aves, porque nos recomendaron el tour o porque queremos aprender cada detalle de la geografía y naturaleza chubutense, este es uno de los tours en Puerto Madryn más interesantes, del que seguro nos llevaremos un recuerdo imborrable. Y es que más allá de cuál sea la razón que nos llevó hasta ahí el paisaje que de pronto se extiende ante nuestra mirada es de una belleza y una pureza únicas. 

Poder ver a estos animales y aves en un entorno natural que además es de una belleza imponente, es una experiencia que quedará por siempre grabada en nuestra memoria. El contraste de las rozas y la arena y el agua mojando apenas la costa, los colores tenues dorados, ocres y grises, una tonalidad que nos transmite a su vez la sensación de tranquilidad, la brisa marina y el aire frío de la costa, todo crea una atmósfera muy particular. Visitar una reserva natural es una muy buena opción en nuestras vacaciones porque nos pone en contacto con aquello que es propio de esa tierra: sus manifestaciones naturales, su fauna, su flora, su geografía. 

Y así podemos conocerla como fue en estado puro, antes de ser urbanizada, como es la vida que tiene lugar y que encuentra allí su refugio. También es muy importante desde el punto de vista del respeto al medio ambiente, poder encontrar estas actividades del llamado ecoturismo que nos llevan a conocer a fondo todo aquello que es parte del ecosistema de la zona y no solo las postales más conocidas de la ciudad.

Es allí donde se encuentra el famoso e imponente Parque Nacional Iguazú y en la vecindad de las eternas Cataratas, se ubica una joya oculta entre el follaje: la Reserva Güirá Oga, un santuario para la naturaleza y un muestrario de la riqueza de la zona.

Un poco de historia

La Reserva Güirá Oga (nombre que proviene del guaraní y que significa “la casa de las aves) nace del esfuerzo de dos naturalistas que deseaban crear un espacio de conservación para aves en peligro de extinción. Así, el objetivo era proveer refugio y un área para la reinserción de especies heridas por cazadores, decomisadas por la policía o entregadas por la población de forma voluntaria.

Así es como luego de múltiples negociaciones, el gobierno provincial entrega un espacio de 20 hectáreas colindantes con el Parque Nacional Iguazú. Allí es donde se emplazaría, a partir de Agosto de 1997, la fantástica Reserva Güirá Oga.

Un recorrido maravilloso por lo salvaje

La amplia reserva fue creada de forma tal que no dañase el hábitat natural de los animales y su desarrollo minimizó el impacto de las modificaciones de la mano del hombre. De este modo, y salvo por la presencia de un centro de actividades y un camino para recorrer el paisaje protegido, la selva permanece intacta.

De este modo, el visitante podrá ser testigo de la vibrante vida silvestre que se esconde entre árboles centenarios de una altura cercana a los 30 metros. De este modo, y gracias a un cómodo transporte y la presencia de un experimentado guía, los turistas podrán aprender de aves, reptiles, insectos y plantas que se despliegan majestuosamente a su alrededor.

De hecho, cada animal tiene una zona en donde frecuentemente puede ser avistado, por lo que el viaje dentro de esta reserva tendrá numerosos paradas para la contemplación de fauna y flora y para el disfrute de un ambiente natural imponente y un paisaje realmente sobrecogedor.

Además, las personas que se acerquen a la reserva podrán vivir de cerca las diversas actividades que los encargados de la misma desarrollan a diario. De esta manera, atestiguarán la cría de especies, la alimentación de los diferentes animales que vagan por entre la vegetación y el cuidado en general de todo el predio.

Pero, por supuesto, las verdaderas estrellas de la Reserva Güirá Oga no son precisamente las personas que trabajan allí, sino las decenas de animales que pululan por ella. De esa manera,  el turista podrá ver y estudiar de cerca a alrededor de 50 especies diferentes propios de la fauna misionera. Entre ellas encontrará monos, venados, yacarés, tortugas, zorros y un sinfín de animales más.

Obviamente, y para darle el sentido que se merece al nombre del complejo, una amplia gama de aves visita la Reserva de forma habitual e incluso muchas ya habitan en ella. Un número aproximado a las 150 especies ronda por las copas de sus añosos árboles, algunas de las cuales son realmente cautivantes, gracias a su naturaleza exótica. Ello significa que, si eres lo suficientemente afortunado, podrás captar el magnífico vuelo del halcón montés chico o del cacique lomo rojo.

Una experiencia educativa para toda la familia

Dada la importancia que la Reserva Güirá Oga tiene para la zona, una gran variedad de expertos y especialistas en diferentes ramas de la biología se encuentran trabajando en el lugar. Ello implica que el visitante podrá verlos en acción así como absorber de sus nutridos conocimientos.

Así, en una de las áreas de la Reserva donde las visitas podrán ver a los encargados de la “gastronomía animal”. Esto no es más ni menos que el lugar en donde se preparan los platillos que habrán de servirse a los animales para mantenerlos sanos y en forma. Además, los turistas podrán comprobar las diferencias entre una comida y otra y las modificaciones que se les realizan para diferentes momentos en la vida del animal.

Asimismo, los turistas verán a los expertos encargados del vivero, un espacio importante para la regeneración vegetal de la zona. Además, y debido a la cercanía con el Parque Nacional Iguazú, en este centro también se rehabilitan temporalmente a los animales que han sido hallados en el mismo y que están muy débiles o heridos como para vivir por su cuenta. Básicamente, la reserva actúa como un hospital.

Finalmente, y para que toda la familia recuerde su grato paso por sus instalaciones, la reserva cuenta con un ecoshop en donde podrán comprar recuerdos de todo tipo, así como libros informativos acerca de animales, vegetación e historia de la región. Así, la Reserva Güirá Oga cuenta con todo lo necesario para que cualquier pase un buen momento de esparcimiento mientras se eduque y se sorprende por partes iguales.